Ya sabéis que prefiero hacer preparaciones saladas más que dulces y elaborar terrinas, fiambres, carnes rellenas, etec... es de las cosas en cocina que más relajan y satisfacen.
Me gusta escoger las carnes, cortarlas, picarlas, hacerlo yo todo.
Pensar con que ingredientes estará mejor, que le dará más sabor o que es lo más apropiado para que el resultado sea lo que yo tengo en mente.
El aspecto final de cualquier receta es muy importante para mi, mi abuela y mi tía, grandes cocineras cada una en su estilo, me decían que la comida no entra solo por la boca y qué razón tenían.
Cómo me hubiese gustado tenerlas conmigo más tiempo, si viesen este mundo de blogs, de internet creo que estarían más enganchadas que yo.
En estas preparaciones la prisa hay que dejarla a un lado, todo necesita un proceso y un tiempo, si no, el resultado no será el adecuado.
Una terrina no ha de quedar seca, la carne ha de estar bien apretada para que al cortarla no se desmorone y por eso utilizamos huevos en su preparación, es lo que une todos los ingredientes.
INGREDIENTES:
- Medio kilo de pollo, he deshuesado muslos que son menos secos, he cortado la carne en tacos para picarla.
- 200 gramos de carne de cerdo.
- 100 gramos de bacon en un trozo
- 150 gramos de jamón de york en un trozo.
- 2 huevos
- Un puñado de pistachos pelados.
- Pan rallado.
- Miga de pan remojada en leche, unos 10 cm de una barra.
- Sal, pimienta negra y blanca, comino y nuez moscada.
- Un poco de Oporto.
- Un poco de Coñac.
ELABORACIÓN:
Picamos la carne de pollo y de cerdo por separado, poniéndola también por separado en el bol.
Picamos a cuchillo para que luego los trozos se vean en la terrina el bacon y el jamón de york.
Pelamos los pistachos y los remojamos en un poco de agua, así también se limpian de la cáscara que les pueda quedar.
En el bol ponemos las dos carnes separadas, los dos huevos, el bacon y el jamón de york picados, los pistachos repartidos entre las dos carnes, la miga de pan, sal, pimienta blanca y negra, comino y nuez moscada, una punta de cuchillo de cada una de las especias, un poco de Oporto y coñac.
Mezclamos con las manos todos los ingredientes, haciendo que cada carne , pollo y cerdo se mezclen con una parte de los demás ingredientes proporcionalmente, eso lo vais viendo conforme lo mezcláis.
Yo lo he hecho así porque quería diferenciar en la terrina los dos colores de la carne, aunque una vez hecha no es mucha la diferencia.
Si os da igual lo mezcláis todo junto y ya está.
Una vez todo mezclado le vamos añadiendo pan rallado, con los líquidos que le hemos puesto y los dos huevos veremos que queda muy suelto, por eso le hace falta el pan rallado, le iremos añadiendo hasta que veamos que la consistencia es buena, lo echamos poco a poco, vamos mezclando hasta que lo tengamos listo.
Dejamos reposar todo la mezcla tapada en la nevera por lo menos una hora.
Es el momento de ponerlo en un molde, yo he escogido uno de silicona para luego desmoldarlo mejor.
Lo he impregnado de aceite por las paredes y el suelo.
He puesto primero una capa de la mezcla de pollo, otra con la de cerdo y una final de pollo, sin dejar ni ningún hueco, las apretamos bien, y cuando esté lleno le damos unos golpes contra el mármol para que toda la carne asiente bien.
Tapamos con papel de aluminio, que quede bien cerrado y metemos al horno, al baño maría.
250º los primero 20 minutos y bajamos a 200 hasta que esté hecho, veremos que cuando lo pinchamos sale seco, conviene no pasarnos, mejor sacarlo y dejarlo templar.
NOTA IMPORTANTE:
No lo vamos a dejar del todo hecho, hay de dorarlo un poco para que quede agradable a la vista y si lo acabamos de hacer del todo se nos secará.
Cuando lo sacamos vemos que por la parte de fuera no ha quedado con un bonito color, al estar tapado sigue blanco.
Ponemos el grill y destapado lo dejamos que se dore a nuestro gusto, en el mismo recipiente de silicona o el que hayamos usado.
Una vez dorado, dejamos templar un poco, desmoldamos con cuidado y con el horno sin grill lo doramos por el resto, con unos cinco o siete minutos es suficiente.
Mi horno es antiguo pero de aire, en poco tiempo me dora.
He decir también que mi molde de silicona no era muy bueno, de esos que te venden con un periódico y se nota, no aguanta muchas veces en el horno.
Está claro que hay que gastarse el dinero.
Cuando lo tenemos con un bonito color por todos lados, dejamos templar y una vez frío lo metemos en la nevera envuelto en papel film.
Una vez frío ya lo podemos cortar como más nos guste.
En lochas finas con una tostada untada en mayonesa queda buenísimo.
Espero que os decidáis a hacerlo.
Por noche como tentempié, un aperitivo o un acompañamiento a una ensalada con sacarlo de la nevera y cortarlo tendremos lista una cena en pocos minutos.